jueves, 28 de marzo de 2013


A los poquitillos que me seguís os va a sorprender esta entrada, pues como ya sabéis, mis escritos siempre han sido en tono de humor, pero como he leído éste artículo y se me han revuelto las tripas, pues esto es lo que ha salido y es lo que hay, que una es lo que es, con sus muchas risas y sus pocas sombras.

Yo nunca me he sentido patriota. Eso del patriotismo siempre me ha parecido una gilipollez porque creo que los seres humanos debemos estar unidos por cosas mucho más allá que el color de una bandera o por el sitio donde hemos nacido. Lo mismo, como empecé a tener conciencia cuando la transición me caló hondo eso del himno de Andalucía que tanto sonaba entonces por todas partes "... sean por Andalucía libre, España y la humanidad". Eso fue cuando estábamos convencidos de haber recuperado la libertad. Pero la cosa es que al final, soy española, y cada vez que pienso en eso, desde siempre, no he sentido más que vergüenza y asco, y cuando llegamos a tiempos como estos en que veo noticias como ésta, entiendo mejor por qué es que no soy patriota, y es porque no tengo nada de qué sentirme orgullosa. Y al menos ahora el pueblo empieza a valer la pena, que antes no estaba tan segura. Cuando un país tiene dinero para pagar altos cargos enchufados y tapar los agujeros de los bancos, pero sus niños pasan hambre... ¿ Quién coño puede estar orgulloso de ser español? O lo mismo es porque a mi no me gusta el fútbol y porque al final Alonso paga sus impuestos en Suiza.

4 comentarios:

  1. Tienes toda la razón, Solete, menos pamplinas y mas dar posibilidades para que esos niños no tengan que ir a comer algo a los colegios, que no es que esté mal la iniciativa, visto el problema, pero mejor es atajar la causa del problema, el maldito paro.

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  2. Qué bonicos sois que me leéis y todo.

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  3. Yo me siento igual que tú, Solete, nunca me he sentido orgulloso de ser español, pero es que ni siquiera de ser andaluz o granaíno. Si acaso me he sentido más cerca de algunos españoles, artistas o políticos, sobre todo, pero porque creo que los comprendía mejor, al hablar el mismo idioma o compartir en cierta forma una cultura, sólo por eso. ¿De qué se va a sentir uno orgulloso, de ver cómo los salvapatrias venden y saquean la patria que tan hipócritamente defienden? Ya no me siento orgulloso ni siquiera del colectivo obrero, al que creía -inocentemente- compacto y en un 'todos a una'. ¡Cuántas desilusiones! Un abrazo, bonica.

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