De la serie, La Familia Cid Franco- Durrell y otro bichos.
Teníamos un pez luchador precioso, en tonos rojizos y
azulados. El pobre enfermó y se fue tornando parduzco y se le iban
cayendo trozos de las aletas. Yo lo veía cada día peor y mi pobre
Alejandro que siempre ha sido un niño muy sensible y muy amante de
los animales sufría mucho al verlo así. Con el fin de acabar con
aquello de una vez y no alargar más la agonía del pobre bicho,
llamo a mi hermano Arturo, le cuento la historia y me aconseja que lo
introduzca en un cacharrillo con agua y cubitos y que pasado un rato
lo congele.
Cojo una bolsita, le pongo unos cuantos cubitos y
procedo a la eutanasia del pobre animal.
Al día siguiente y dado
el mal rato que pasé en ese proceso, le digo a Kike( mi marido): Hazme el favor
de tirar el pez al váter, que me da una pena que pa qué pensar en
verlo otra vez.- Me dijo que lo hacía él, que no me preocupara y yo
ya me desentendí.
Al cabo de los días, había fútbol en la
tele. Yo me subí al dormitorio, me puse a ver la tele y Kike se
quedó abajo viendo su partido.
Pasado un rato, aparece Kike en la
puerta y se produce esta conversación:
-El pez ese que se
murió...¿tendría una enfermedad que afecte a los humanos?
-Pues
no tengo ni idea.
-Es que...¿sabes que me ha pasado?
-¿Qué
te ha pasado?
-Que me he puesto una copa, me he puesto cubitos que
había en una bolsa, y al echar el último trago ¿sabes qué había
en el fondo del vaso?